Vasitos de mousse de queso

     Soy fan absoluta de las tartas de queso. En casa suelo hacer dos, una que necesita horno y otra que no, que cuaja en la nevera de un día para otro. Y estos vasitos surgieron de querer hacer esta última y no tener los ingredientes necesarios, por lo que se me ocurrió probar algo nuevo y el resultado es tan bueno que no será la última vez que haga esta receta.

    Si os apetece hacer esta receta, necesitareis:

- Medio litro de leche evaporada.

- Una tarrina de queso de untar.

- Azúcar al gusto.

- Caramelo líquido.

- Un sobre de cuajada en polvo.

Y la preparación es muy sencilla:

- En una olla ponemos la leche evaporada, el queso, el azúcar y el sobre de cuajada y removemos hasta que el queso se integre formando una crema ligera, ayudándonos de una batidora eléctrica.

- Una vez formada la crema, ponemos a calentar sin dejar de remover, hasta que la mezcla esté a punto de hervir.

- Repartimos en vasitos o copas individuales y dejamos cuajar en la nevera.

- Finalmente, antes de servir, vertemos en la parte superior un poco de caramelo líquido, que habremos elaborado poniendo en una sartén azúcar con unas gotas de zumo de limón y añadiendo agua hirviendo sin parar de remover hasta que tenga la consistencia deseada (tened en cuenta que al enfriar espesará más).

Notas:

- Yo no utilizo azúcar, suelo hacerlo con edulcorante apto para la cocción. Lo voy añadiendo poco a poco hasta que tiene el dulzor que me gusta. De este modo el postre es apto para diabéticos, que tengo algunos en la familia y así todos tomamos el mismo postre.

- En lugar de caramelo podemos poner mermelada de fresa o de frutos rojos, que también va fenomenal con la mousse de queso. Y si no os apetece hacer el caramelo casero, yo lo suelo utilizar comprado, el sabor no es el mismo pero te saca del apuro.

     Como veis la receta es sencillísima y es ideal si tenéis invitados en casa, porque se puede hacer el día anterior y así os olvidáis del postre hasta la hora de sacarlo. Además, como es tan ligero, va muy bien después de comidas copiosas.

     Por cierto, para que los botes quedasen más bonitos, cubrí las tapas con capsulas de papel ( de las que se usan para hornear magdalenas o cupcakes) y las até con un poco de cuerda. Es una idea muy sencilla pero que mejora mucho la presentación.

Besos,

Pd: si os apetece ver otras recetas de postres sencillos, podéis echar un vistazo a estos vasitos de crema de limón, este helado de chocolate blanco o estas cucharas de chocolate.